GASTO PÚBLICO
Gasto público
El gasto público es uno de los componentes del PIB de un país. Incluye todos los gastos en bienes y servicios realizados por el gobierno a todos los niveles: local, regional, autonómico, nacional, etc. Este componente corresponde a la suma del consumo público e inversión pública bruta, y a la cantidad que el gobierno gasta, menos sus ingresos. Por un lado, el gasto público incluye pagos por transferencias hechas a las familias, como subsidios al desempleo. Por otro lado, el ingreso del gobierno incluye los impuestos, que representan la mayoría de los ingresos.
El nivel de gasto público es una de las herramientas empleadas por las políticas fiscales. Un incremento del gasto público puede ser usado para estimular la economía, pues el producto interior bruto aumenta con este. Por otro lado, una reducción del gasto público reduce el ritmo de crecimiento del producto interior bruto. El peso del gasto público como porcentaje del producto interior bruto es considerado una medida importante del sector público de un país.
La subida de este gasto público
El gasto total no financiero de los Administraciones Públicas en 2017 ascendió a 467.126 millones de euros, un 4,4% menos que en 2012, según el informe sobre el gasto público que acaba de dar a conocer el Ministerio de Hacienda.
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Así se desprende de un informe sobre el gasto público elaborado por la Intervención General de la Administración del Estado, que refleja una paulatina reducción del gasto público en porcentaje del PIB entre 2012 y 2017, así como en términos absolutos.
En concreto, el gasto público ha pasado de los 500.177 millones que suponía en el año 2012, tras la llegada al Gobierno de Mariano Rajoy, hasta los 478.126 millones con los que cerró el año 2017. No obstante, esta reducción se debe en su mayoría al ajuste del gasto público realizado en el año 2013.
Tipos de gasto público
No todos los gastos son iguales. Al igual que ocurre en el sector privado, podemos clasificar el gasto en distintos tipos. Los tipos de gasto público son:
- Gasto corriente: En ellos se encuentran aquella cantidad de dinero destinada a las operaciones más básicas del Estado. Por ejemplo, gastos en salarios del funcionariado o en la prestación de determinados servicios públicos.
- Gasto de capital: En este gasto se encuentra aquel destinado a la obtención de activos (tangibles e intangibles). También se añaden en este punto la compra de inmovilizado para desarrollar las actividades corrientes. Por ejemplo, la compra de trenes.
- Gasto de transferencia: Se trata de la cantidad monetaria (a veces en forma de capital) que el Estado destina a empresas y familias. Por ejemplo, los subsidios por desempleo son transferencias.
- Gasto de inversión: A diferencia del gasto de capital, se considera gasto de inversión cuando el gasto tiene como objetivo crear, aumentar, mejorar o sustituir el capital público ya existente.
Objetivos del gasto público
Cómo decíamos al principio de la entrada, el sector público pretende conseguir unos fines. Para conseguirlos se sirve, en muchas ocasiones, del gasto público. Decimos en muchas ocasiones, ya que existe casos en que un aumento del gasto no permite conseguir determinados fines. Aunque sí que es cierto que, en la mayoría de casos, ayuda a conseguirlos.
Entre los principales objetivos del gasto público se encuentran:
- Distribuir la riqueza
- Mejorar el acceso a la salud de los ciudadanos
- Asegurar la justicia
- Mejorar el empleo
- Fomentar el crecimiento económico
- Salvaguardar el medio ambiente
- Permitir el acceso a la educación
- Garantizar una vida digna
- Fuerzas armadas
Podríamos añadir muchos más, aunque los anteriores son un fiel reflejo de lo que suelen intentar los Estados. Claro que no siempre es así. Por ejemplo, la inversión en educación, sanidad o servicios públicos en general dependerá de cada país.
Así, existen países que invierten más en educación y otros menos, países que invierten más en sanidad y otros menos. Con la justicia ocurre lo mismo, empezando porque cada país tiene sus propias leyes.
Aumento y disminución de los tipos de gastos públicos
Según el informe, la evolución del gasto de las administraciones públicas en los últimos años se encuentra afectada de forma directa por los efectos de la crisis financiera y el proceso de reestructuración del sistema bancario.
Las partidas que más redujeron su gasto entre 2012 y 2017 fueron las de servicios públicos generales (-6%) y asuntos económicos (-46,4%), frente al alza del resto: defensa (+7,6%), orden público y seguridad (+1,4%), protección del medio ambiente (+8,3%), vivienda (+6%), Salud (+7,3%), actividades recreativas, cultura y religión (+0,3%), Educación (+7,5%) y protección social (+5,6%).
Si se tiene en cuenta la cantidad de gasto, la protección social (prestaciones por desempleo o pensiones) representó un 16,55% del PIB en 2017, seguido del gasto en Salud (5,95%), servicios públicos generales (5,56%), Educación (3,99%), asuntos económicos (3,81%), orden público y seguridad (1,84%), actividades recreativas, cultura y religión (1,09%), Defensa (0,89%) y protección del medio ambiente (0,86%).
El gasto de España en empleados públicos rompe su máximo histórico en 2018
Las Administraciones se gastaron 127.000 millones de euros en salarios, 4.000 millones más que el año anterior, pese a que el número de trabajadores todavía no está en máximos.
El 30 de marzo de 2018, el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentó el proyecto de presupuestos con dos grandes partidas de gasto sociales: la subida de las pensiones mínimas y del salario de los funcionarios. Con ello quería lograr los apoyos suficientes en el Congreso para sacar adelante las cuentas públicas, que finalmente se aprobarían con el respaldo del PNV. Montoro firmó con los sindicatos de la función pública una subida plurianual del sueldo que comenzaría con un alza del 1,75% en 2018. También permitió la jornada de 35 horas en las comunidades autónomas y sentó las bases para la primera Oferta de Empleo Público en 10 años que creaba empleo neto.
El gasto en salarios públicos sube a máximos en España
Gasto anual en salarios (sin cotizaciones) del conjunto de Administraciones Públicas. Datos en millones de euros
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El resultado de todas estas políticas fue que el gasto en salarios de los trabajadores públicos se incrementó a lo largo del año en casi 4.000 millones de euros. Esta subida ha hecho que la nómina de trabajadores públicos supere el máximo previo, que estaba vigente desde 2009, cuando coincidieron el Plan E de estímulo fiscal y la Oferta de Empleo Público aprobados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, justo antes de las elecciones de 2008.
Y la tendencia no parece que vaya a cambiar en 2019. Justo ayer, el Ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó una oferta de empleo público de 33.793 plazas para 2019, casi un 10% superior a la del año pasado. "La mayor registrada en los últimos 11 años", según afirmó el propio Ministerio de Función Pública y Administración Territorial.
Conclusión propia
No tenía mucha idea sobre el gasto púbico, a donde van a parar los impuestos que recauda el Estado, para que se utilizan, en que porcentaje se hace o en que sectores en este último periodo de tiempo se ha aumentado el gasto y en cuales se ha reducido, y gracias a este trabajo tengo una opinión más o menos clara y tengo algo más de conocimiento sobres este tema.
Se ve como claramente el gasto público nacional a subido estas últimas dos décadas y si bien es verdad que entre 2012 y 2014 bajo este gasto, ahora está volviendo a subir, lo que significa que aunque siga habiendo variaciones en el destino final de esos ingresos al Estado que provienen de impuestos muy distintos y en como y de que manera se aplican a ámbitos como la educación, la sanidad u otros, sigue subiendo.
¿Y qué pasa si aumenta el gasto público? A esto se le llama inflación
Inflación: Un incremento del gasto público provoca un aumento del precio de bienes y servicios, lo que provoca inflación, es decir, al producirse un aumento en la demanda de bienes y servicios y no haber oferta suficiente para cubrirla, deriva en un aumento de los precios.
Y la tendencia no parece que vaya a cambiar en 2019. Justo ayer, el Ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó una oferta de empleo público de 33.793 plazas para 2019, casi un 10% superior a la del año pasado. "La mayor registrada en los últimos 11 años", según afirmó el propio Ministerio de Función Pública y Administración Territorial.
Conclusión propia
No tenía mucha idea sobre el gasto púbico, a donde van a parar los impuestos que recauda el Estado, para que se utilizan, en que porcentaje se hace o en que sectores en este último periodo de tiempo se ha aumentado el gasto y en cuales se ha reducido, y gracias a este trabajo tengo una opinión más o menos clara y tengo algo más de conocimiento sobres este tema.
Se ve como claramente el gasto público nacional a subido estas últimas dos décadas y si bien es verdad que entre 2012 y 2014 bajo este gasto, ahora está volviendo a subir, lo que significa que aunque siga habiendo variaciones en el destino final de esos ingresos al Estado que provienen de impuestos muy distintos y en como y de que manera se aplican a ámbitos como la educación, la sanidad u otros, sigue subiendo.
¿Y qué pasa si aumenta el gasto público? A esto se le llama inflación
Inflación: Un incremento del gasto público provoca un aumento del precio de bienes y servicios, lo que provoca inflación, es decir, al producirse un aumento en la demanda de bienes y servicios y no haber oferta suficiente para cubrirla, deriva en un aumento de los precios.
¿Y qué pasa si disminuye el gasto público?
Partiendo del hecho que disminuir el gasto público ayuda a lograr el equilibrio fiscal, surge la duda sobre el efecto que esa disminución pueda tener en la economía. En un estado en donde el gasto público representa un alto porcentaje del PIB, el efecto puede ser devastador